Eran como máximo el medio día, el sol estaba en su punto, aquel lugar se mantenía cálido como se debía estar, era hermoso el día, con las nubes despejadas, los aldeanos trabajaban sin cesar, uno que otro vagabundeaba, en ese lugar, era donde la aventura de nuestros jóvenes elegidos empezaría, como era de pensarse, una demonio de pelo rosado paseaba por el lugar, no parecía importa que la gente la mirara entre asustados y asombrados, buscaba cierto lugar donde alojarse, ya que según escuchaba, partirían de ese lugar en cuando sea posible y necesario, se mantenía en constante movimiento por el lugar.
Resurrección del caos